lunes, 26 de enero de 2015

Las misses

No soy mucho de ver Miss Universo, las veces que lo he hecho ha sido esperando que alguna de ellas se tropiece y pase el bochorno de su vida, lo he logrado con éxito dos años seguidos; sin embargo este año más que las caídas lo que ha causado furor han sido los "disfraces" inspirados en trajes típicos. Parece que los estilistas de las niñas se esmeraron bastante en volver la presentación en un desfile de cosas bastante.....ridículo.

Mientras miraba las fotos me fije en que cosas que la verdad no debieron salir de la cabeza del modista y otros que pues guardaron la cordura he hicieron trajes más interesantes.

Por ejemplo España, no estoy segura si su objetivo fue hacerle honra a la reina o a la serie de televisión "Isabel".


Fuente: SanDiegoRed.com
Fuente: Publinews
 ¿En serio España? ¿En serio?

En fin...

En general, después de ver como 50 y pico de estas... muestras de creatividad (llamemoslo así), mi cabeza no pudo evitarlo y tuve que crear la siguiente referencia:



Señores, ya lo único que nos falta son las carrozas haladas por caballos negros, porque de hambre ya muchos se mueren y los juegos siguen más vivos que nunca. 

domingo, 18 de enero de 2015

Tepes

Esta no es la historia con la que más me hubiera gustado renacer este blog. Sin embargo, es la historia que quiero contar en estos momentos.
Es gatito de aquí es Tepes. Él vino de los oscuros mundos del mercado El Guardo. Comprado para ser usado como práctica de laboratorio de farmacología I en mis tiempos de estudios de Medicina Veterinaria, y luego adoptado por mi; al contrario de lo que piensan siempre no todos los animales que usábamos en los laboratorios eran sacrificados, Tepes y otros dos gatos más sobrevivieron ese día.
Decidí llamarlo Tepes porque como varios saben tengo una gran afición a los vampiros, así que él se llamo así en honor a Vladimir Tepes, mejor conocido como el Conde Drácula.

Aquí es donde debo confesar cosas que hsata ahora, para mi, son razón de sentir vergüenza. Y es que a pesar de ya estar estudiando Veterinaria por 2 años cometí dos grandes errore con Tepes: 1. Nunca lo castré y 2. Nunca lo vacuné. Ahora, yo podría poner como excusa el que en ese tiempo no tenía los recursos económiscos para hacer alguna de esas dos cosas, pero no, la verdad es que ahora viéndolo desde otra perspectiva, y ya conocoiendo las consecuencias, fue una gran irresponsabilidad.  

A los cuatro años de estar con nosotros las consecuencias de mis no actos se empezaron a ver. Un día de tantos Tepes regresa a la casa con un problema en la boca. Luego de una visita al veterinario empieza a recibir tratamiento con antibióticos por una severa infección en la boca, el cual le producía mucha salivación y problemas para comer. A pesar del tratamiento Tepes no mejora nada. 

Pensamos que entonces pudo haber sido algún enfrentamiento con el perro u otro gato el que le dejó mal la mandíbula, algo que requeriría en caso de quererlo tratar de mucha atención y mucho dinero, el cual yo no tenía y al que no pondría a otros a pagar, aunque mi mamá lo hubiera hecho sin pensarlo. 

En fin, Tepes se "mantuvo" en ese estado por casi un año. Aunque no era la más apropiada, le permitía todavía comer y pues teníamos la esperanza de que fuera de esas enfermedades pasajeras que los animales saben sobrellevar gracias a la madre naturaleza. 

Pues ese día nunca llegó. 

Lo primero que pasó fue que Tepes desapareció. Debo confezar que si, para mi fue un gran alivio, y aunque la que más lo extrañaba era mi mamá, yo no podía no pensar que nos habíamos quitado un peso de encima. El ver al gato todos los días para mi representaba una gran impotencia, yo estudiando veterinaria para que al final no pudiera siquiera ayudar a un animal en mi casa. A esto lo voy a llamar la razón número 324 por la cual decidí no seguir estudiándo la carrera (ojo al dato, hubieramos muchas otras razones más). 

Para nosotros Tepes había seguido la noble tradición de los gatos de ir a morir a un lugar que no fuera su hogar para ahorrarle a sus dueños el dolor de verlos morir. A pesar de que un espectro suyo parecía aparecerse ante nosotros de vez en cuando, en mi corazón esperaba que ya se encontrara en otro plano universal. 

Debo de agregar que, al contrario de mi, mi mamá llegó a conectarse bastante con Tepes. Para ella era un gato muy cariñoso y noble (aunque nunca lo fue conmigo). Asì que ella siempre mantuvo la esperanza de que él regresara.

Y así fue.

El pasado 15 de enero Tepes regresó a su casa. Casi tres años después de su desaparición y en un estado en el que todavía no podíamos entender cómo podía siquiera caminar y estar tan activo como parecía. Esa noche regresé a mi casa a verificar que si se trataba del mismo. Pero aunque aveces digo que ya he olvidado muchas cosas de mis 5 años por la faculta de veterinaria, mi ojo crítico no ha desaparecido. Tepes era una bolsa de piel y huesos, su nivel de desnutrición era preocupante, al punto de perder su color de pelo. Para empeorar las cosas, su problema en la boca contiinuaba, por lo que no se trataba de una infección cualquiera. 
Esa noche Tepes reconoció nuestra voz, respondió a ella y más que nada pedía cariño,, el cual le dimos. A pesar de su mal estado por un momento pensé que el motivo por el que había regresado era para yo tener una segunda oportunidad de hacer las cosas bien. De nuevo me habría de equivocar. 

Por más que lo deseara las persperctivas no eran positivas. Luego de visitar al veterinario debíamos tomar una decisión. Contra todo pronóstico y sabiendo que la carga económica sería grande, al principio decidimos tratar de sacarlo de su estado. Pero luego vino a mi una revelación diferente. De todas las enfermedades que Tepes podìa tener, todas eran contagiosas para el otro gato que tenemos y adoramos, Roy. Por lo que, aunque se curara, no podríamos mantenerlo en nuestra casa. Además de eso, el tratamiento debía ser "a fondo", lo que significaba que alguien estuviera pendiente de él todo el tiempo. Como realmente no había nadie en casa que pudiera hacer eso, la otra opción era hospitalizarlo por un tiempo hasta que se recuperara. 

Fue entonces cuando lo pensamos mejor. ¿De verdad era justo hacer pasar al pobre animal por tanto solamnete porque para nosotros era demasiado difìcil dejarlo ir? De repente, él había regresado sólo para pasar sus ùltimos días rodeado de amor y compañia. Tal vez, sólamente buscaba que de alguna manera lo salvaramos del dolor que estaba pasando. Porque a todas luces, Tepes estaba sufriendo. 

Así que la decisión fue tomada finalmente.

Aunque ya había visto el proceso antes, esta fue la primera (y espero que la última vez) que puse a dormir a una mascota, una que a la larga fue muy querida. 

Tepes talvez no fue el gato más cariñoso que ha estado en la casa, pero poseía una paciencia y una calma que le ayudó hasta críar a un perro (si, aunque usted no lo crea). Pero más que eso siempre respondió a nuestros cariños con compañía. Dormir pacíficamente al lado de nosotros, transmitiendo esa tranquilidad era mejor relajante que pasinerva. Y de esto mi mamá creo que pudo disfrutarlo mejor.

Así que descanse en paz Tepes. 


Para ustedes, mi consejo es no olvidar que las mascotas son una responsabilidad, que su trabajo es hacerles tener una vida de calidad, sino de reyes, por lo menos de calidad. Hacer lo posible por que no pasen enfermedades, hambre o estrès innecesario. Si tienen un gato o gata, cástrenlos, es en serio, su calidad de vida aumenta considerablemente.

Al final, siento aveces con mucho pesar en mi corazón que lo único que pude hacer bien por Tepes fue sacarlo de su dolor, porque por cierto en un examen rápido post-mortem le encontramos varios tumores en su lengua y boca. Así que nuestra decisión fue la más dolorosa para nosotros, pero la más acertada para él. Espero que en su corazón de gato encuentre perdón para esta dueña que actuó como niña y dejó de cumplir con sus responsabilidades como dueña sin pensar en las consecuencias. Y si de algo puede estar seguro èl es que su expericencia me ayudó a saber que las cosas deben hacerse correctamente, que nadie ni nada debe pagar por nuestros errores. 

Hasta la próxima.

Marina.