Fue más o menos en el 2009, hace ya seis
años, que leí por primera vez “El Nombre del Viento” de Patrick Rothfuss.
Lo que me dejó ese libro al terminar
(aparte del terrible sentimiento de que me hacía falta algo para ser feliz),
fue VALOR. El personaje principal, Kvothe, se convirtió en una clase de
superhéroe para mí, y aunque realmente no está tratando de salvar el mundo y no tiene grandiosos super poderes, más que ser súper inteligente, me
enseñó que uno debe estar consciente de quién es uno, hacerle frente al mundo y
tomar la toro por los cuernos. Al final de cuentas, si uno es bueno para hacer
algo, porqué esconderlo bajo falsa modestia. ¡O todavía peor! ¿Por qué pensar que uno no es capaz de algo sin siquiera intentarlo?
Después de leer el libro, quedé con una sensación placentera en mi ser, en el que de repente los malos profesores, los "enemigos" o la gente mediocre que está a tu alrededor no puede hacerte daño si realmente uno no lo permite. De repente cualquier dificultad que la vida te puede poner iba a ser resoluble, difícil siempre, pero resoluble.
Un dibujo rápido que hice de Kvothe hace un par de años. |
Ahora casi 6 años después de esa primera experiencia con Kvothe y después de haber leído la segunda parte de su historia, decidí que era buena idea refrescar la memoria. En mi corazón tengo la esperanza que este año tendremos noticias sobre el tercer libro. Lamentablemente el libro es muy grande, aunque lo lamentable no es eso, sino el poco tiempo que realmente tengo para darle la atención que el libro se merece. Así que acudí a los audio libros. Aquí debo confesar que talvez alguna vez en mi vida dije que un audio libro nunca iba a reemplazar el placer de leer, y todavía creo en eso, PERO los audio libros no son malos, son una excelente herramienta para poder disfrutar de la historia de nuevo mientras limpias tu cuarto y haces otra cosa que no requiera tanta atención; y cuando están bien hechos la experiencia que te dan es increíble.
Hoy terminé el audio libro y cuando me preguntaron cómo me sentía al respecto (porque uno siempre va a sentir algo al terminar ese libro, no importa el formato) contesté: "Con ganas de empezar a leer el segundo libro y triste..."
¿Triste? ¿Ahora porqué triste si la primera vez me sentía tan diferente?
Es inevitable no encariñarse con los personajes de un libro que te ha hecho pasar por tantas emociones. En este caso, es IMPOSIBLE (aunque he visto excepciones) no agarrarle cariño a Kvothe.
Sucede que esta segunda vez con El Nombre del Viento me di cuenta de un lado de mi superhéroe que me dejó quebrada. Tal vez fue por la muy buena interpretación del narrador y el buen uso de su timbre de voz, pero mi superhéroe está lastimado, herido a muerte, y lo peor de todo ES QUE TODAVÍA NO SE POR QUÉ. Existen teorías, yo culpo a una mujer, pero es algo más todavía. De escuchar sus aventuras como músico, vagabundo, como el mejor estudiante en su materia y como un guerrero, tenemos a un Kvothe del "presente" que no es él mismo. Todavía no entiendo los horrores por los que él haya tenido que pasar para estar en el estado que está. Espero que sea algo en verdad terrible, y que no sea sólo por una mujer, porque entonces si me sentiría muy decepcionada. Pero no, yo se que fue algo terrible, mi corazón lo siento pero desconozco el hecho, no lo entiendo, y eso me duele más.
Temo por lo que el tercer libro nos puede deparar. Ni la mitad de las preguntas más importantes están contestadas, después del segundo libro sólo surgieron más. Pero debemos ser pacientes.
Mientras tanto, yo les dejo la sugerencia de que no se dejen intimidar por el tamaño de los libros y se dejen llevar por el nivel de historia y encuentren en Kvothe esa iniciativa y esas ganas de hacer algo que quieres sin importar las adversidades.
Hasta la siguiente
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